El eslogan del título es de la película Chicago y podriamos decir que es una de las grandes máximas dentro del mundo del espectáculo made in USA. Aunque aquí abunden polígrafos y programas rosas, los que dominan de verdad los escándalos son ellos, y si no solo hay que repasar las grandes "polémicas" desatadas últimamente en el mundo de la ficción en Tv. Que si Isaiah Washington (en la foto) llamó maricón a su compañero a T.R. Knight en el set de Anatomía de Grey, que si las mujeres desesperadas gastan un porrón de dinero en camuflar pezones, que si 24 incita a la tortura o que Michelle Rodriguez fue despedida de la Lost por conducir borracha...
Escándalos todos que no han hecho otra cosa que aumentar la popularidad de dichas series, puesto que mientras dura la polémica tanto televisiones como blogs televisivos no dejan de repetir sus nombres. Y ahí es donde me pregunto yo hasta que punto es todo esto verdad y hasta que punto es todo una forma de ser escandaloso para llegar a ser famoso.
PD: Tantas veces escribiendo esta palabra no he podido contenerme...
¡¡¡Qué escándalo!!!
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