La principal queja que tienen los detractores de Anatomía de Grey es que la parte médica es una simple excusa para que los personajes se líen unos con otros, como un culebrón cualquiera. Realmente, es cierto que la parte médica no tiene profundidad alguna, pero esa es la gracia de la serie, precisamente.
Por si no quedaba claro con las promos de Cuatro (la de los besos y las mascarillas), el comienzo de la tercera temporada lo deja aún más claro. La plantilla aumenta definitivamente para que las relaciones de los personajes también sean más interesantes. Los casos que tratan pasan sin pena ni gloria y sirven, mayoritariamente, para que los estudiantes de medicina escojan entre uno u otro.
Y que siga así, porque resulta que la parte que más me rechinó de los dos capitulos emitidos fue la parte de Izzy, y los problemas acarreados con el problema de Danny. Nadie se puede creer que tras pillarle con las manos en la masa cortando cables sin el permiso de los jefes, la buena de Izzy sea admitida tan solo unas semanas después. Y todo porque Bailey se siente en parte responsable...
Y como último apunte... Meredith, hija mia, entre él y esto, creo que está claro a quién deberías escoger.
martes, 13 de febrero de 2007
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3 comentarios:
Las cortinillas de Cuatro son la caña... Muy buenas las de los playmobil (¿para qué sirve una camilla?, je, je)
hoy perdidos hoy perdidos, eske de anatomia de grey no se ke decirte que las tias son unas calienta bragetas...
Pobre señor "esto" si tampoco es tan feo. Además el Chris o'donell tiene cara de barbie, como el ian somerhalder xD
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