La hora del adiós

Salgo de la cueva en la que he estado escondido durante este tiempo, pero solo temporalmente (Mayo es un mal mes para los pasatiempos...) y para hablar sobre algo relacionado con el cacareado final de Perdidos.

No, no voy a volver a hablar de la serie de los náufragos. Hoy no, al menos. Pero dejad que os ponga en antecedentes. Resulta que los productores de la serie y la cadena ABC, que la emite, han llegado al acuerdo de que Lost finalice en el 2010 con tres temporadas más de 16 capitulos cada una. ¿Por qué? Pues porque así podrán desarrollar las tramas sin miedo a alargarlas demasiado o resolver misterios antes de tiempo (¿os suena la muerte de Laura Palmer?).

La pregunta que surge, claramente, es ¿son demasiadas 3 temporadas más? ¿Cuándo es un buen momento para que finalice una serie? La respuesta es diversa, porque para muchos más de una temporada es alargarla para conseguir beneficios. Para otros, si su serie favorita tuviese 100 temporadas, las verían todas y no les parecería que disminuye su calidad. Y otros optan por algo que ronde las 5 temporadas, un número suficiente para desarrollar tramas con los años pero sin que se pierda la frescura.

Personalmente pienso que una serie es, por definición, algo que se alarga indefinidamente. Excepto algunos casos, todas las series dependen de la audiencia y si esta funciona, tendremos serie hasta hartarnos. Es normal que las tramas decaigan en ocasiones, y que la formula se agote (o agote al espectador), pero es una parte del contrato. Cuando ves una película sabes que tendrás un final después de unas 3 horas, al menos comunmente. Cuando ves una serie no sabes si tendrás final, si será dentro de poco o si dejará de importarte en dos semanas.

Por lo tanto, condenar a Prison Break por una tercera temporada es cuanto menos ridículo. Sabíamos que si funcionaba, pasaría. Nadie apostaba porque se pudiese hacer una segunda temporada de 24 y ya van por la sexta. Para muchos Buffy terminó con su "muerte", pero siguió dos años más. Y Expediente X sobrevivió dos años sin su agente Mulder como actor fijo. En todos estos ejemplos hay miles de detractores que claman al cielo por haber mancillado el nombre de su serie favorita por dinero, pero el caso es que hay otros que disfrutaron (más o menos) con las tramas que siguieron. Y es que siempre es difícil despedirse de personajes a los que conoces tan bien y durante tanto tiempo.

La hora del adiós siempre es difícil y yo me entristeceré al ver el último plano de la isla de Lost (si es que es una isla...), igual que sentí la despedida de Mulder y Scully en algún hotel de EEUU, aunque sabía que hacía tiempo que habían dejado sus mejores años. Al menos siempre nos quedará el DVD para retornar al tiempo pasado, que siempre nos parece mejor.