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Lo que hace grande esta serie no es el planteamiento de su argumento, que se podría resumir en pocas líneas: unos cuantos agentes de policía se dedican a investigar a un grupo de traficantes en la ciudad de Baltimore. Lo que la hace grande es coger un argumento simple y convertirlo en complicado mediante la gran cantidad de personajes que aparecen y las variables que una investigación policial tiene que hacer frente.
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Precisamente los personajes también son complicados, realistas. McNulty puede ser un gran detective pero es un desastre socialmente y como padre y marido deja mucho que desear. Omar es un asesino pero tiene un código de honor muy claro. Y D'angelo Barksdale es un delincuente de tomo y lomo pero sin embargo es leal a su familia casi hasta el final. Ninguno es bueno o malo y la serie los presenta con todos sus matices, dejando que nosotros juzguemos si lo que vemos nos gusta o no.
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Otro punto fuerte de la serie, pero que a la vez puede ser un impedimento para aquellos que busquen algo de consumo fácil y rápido, es la construcción de sus tramas. Durante la primera ronda de capítulos de cada temporada se nos presentan una multitud de personajes que, la mayoría de veces, no sabemos que papel tendrán en el futuro. También se nos muestran los temas que luego darán juego pero sin relacionarlos entre si. Así, al cabo de los episodios, las cosas se van conectando y todos los personajes juegan un papel importante en la consecución de la temporada. Por ello, cada vez que empieza una nueva temporada te encuentras algo desamparado, sin saber muy bien a que agarrarte, porque es como empezar de nuevo otra vez.
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Un ejemplo de la construcción de personajes con matices y de tramas puede ser el asesinato de Wallace. Durante la primera temporada vemos como trabaja con la gente de Avon Barksdale, como le afecta ver el cadáver del novio de Omar, como D'Angelo intenta que consiga una vida mejor, su relación con su amigo Poot... Estos jóvenes son los que vemos, durante toda la temporada, como más inocentes. Por eso, al ver como sus propios amigos disparan a Wallace nuestra percepción se rompe en unos simples segundos.
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El personaje mejor retratado es, sin duda, la propia ciudad de Baltimore. La serie empieza basando sus tramas en el oeste de la ciudad para, ya en la segunda temporada, ampliarla hasta el puerto y, en la tercera, al este. La corrupción recorre la ciudad de cabo a rabo y no solo en los ambientes criminales si no, sobretodo, dentro de la misma policía, de los despachos de los abogados y en las cumbres políticas.
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¿Pegas a la serie? Aparte de lo dicho, de lo difícil que es encarar cada temporada, quizás lo peor es creer (como he leído en algunas críticas y documentales-promociones) que lo que vemos en la serie es la realidad. Gracias a que los creadores son un periodista y un policía podemos considerar que el tratamiento de las tramas son realistas en el modo de actuar de los criminales y los policías, pero no es un documental y tampoco lo pretende ser.
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Así que ya sabéis, dadle una oportunidad y luego me contáis.